Es importante conocer la forma en que se diagnostica la “diabetes mellitas” porque el diagnóstico y el tratamiento tempranos ayudan a prevenir las complicaciones crónicas de esta enfermedad.
Hay tres formas de diagnosticar si una persona es diabética:
1) Síntomas: cuando el paciente presenta los síntomas característicos de “diabetes” (poliuria. Polidipsia, y pérdida de peso. A esto hay que agregarle un nivel de azúcar en sangre, sin ayuno previo, igual o mayor a 200mg/dl
2) Glucemia en ayunas, es decir sin ingerir alimentos ni bebidas por al menos 8 horas previas a la extracción de sangre. Una persona es diabética cuando el valor de este análisis es igual o mayor de 126 mg/dl
3) Curva de tolerancia oral a la glucosa (POTG): la persona a la que se debe estudiar toma 75 gramos de azúcar disuelta en 375 ml de agua. Previo a eso se le saca sangre y después se toman muestras a los 30 minutos, a la hora y a las dos horas. En total la prueba puede durar tres horas.
Los valores normales para esta prueba son:
Ayunas: menos de 95 mg/dl
1 hora: menos de 180mg/dl
2 horas: menos de 155mg/dl
3 horas: menos de 140 mg/ dl
Cuando los valores de azúcar en sangre son mayores a estos valore significa que la persona es diabética. Pero hay que tener en cuenta que para confirmar la enfermedad, hay que repetir la curva de sobrecarga en dos días diferentes.
Esta prueba puede alterarse por estrés, ejercicio intenso o algunos medicamentos, como los anticonceptivos orales, algunos diuréticos, etc.
Es importante que las personas se hagan controles de rutina para saber si son o no diabéticas, especialmente aquellas que tienen más riesgo de serlo. El diagnóstico y el tratamiento temprano ayudan a que las complicaciones crónicas aparezcan más tarde, por lo que la calidad de vida del diabético es mucho mejor cuando se comienzan a tratar precozmente.
Bibliografía: de Girolami, Daniel y colaboradores Clínica y terapéutica en la Nutrición del Adulto – Cap. 21 – Dr. Puchulu, Félix y colab. – Editorial El Ateneo 1ª edición 2008