La vacuna está formada por partículas semejantes a los virus. Esta estructura permite que la vacuna induzca una respuesta inmune que protege a la mujer de la infección del HPV.
La estructura semejante al virus hace que cuando se aplica la vacuna, el organismo fabrique anticuerpos que protegen al cuerpo de la infección. Se evita así que el virus produzca cambios en las células del cuello uterino, que se ven mediante la prueba de Papanicolaou. Lo que no está demostrado es que la vacuna actúe cuando ya se han producido las alteraciones celulares, que causa la infección por HPV en el cuello del útero.
Actualmente existen dos vacunas para ser aplicadas a las mujeres. La llamada bivalente porque protege contra los subtipos virales 18 y 16, llamada comercialmente Cervarix y producida por el laboratorio Glaxo Smith Kline, que producen los "condilomas" o verrugas genitales, siendo el grado de protección es del 90%.. La otra vacuna es tetravalente que protege contra cuatro subtipos virales, 6,11,16 y 18, su nombre comercial es Gardasil y es elaborada por laboratorios Merck Sharp & Dohme, protege en un 70% contra el cáncer de cuello uterino.
La vacuna se aplica en forma intramuscular, en la zona del músculo deltoides.
Las dos vacunas se dan en tres dosis. La tetravalente (Gardasil) debe aplicarse a los dos meses de la primera dosis y a los seis meses la otra (esquema: 0-2-6 meses).La bivalente ( Cervarix) se aplica al mes y a los tres meses (esquema: 0-1- 3 meses).
Según las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) se la debe aplicar a las mujeres entre los 9 y los 12 años. El comité Consultivo de Prácticas de Vacunación de Estados Unidos la recomienda en mujeres de 11 a 26 años.
En lo que coinciden tanto las autoridades sanitarias como los laboratorios es que la protección que brinda la vacuna es más segura en mujeres que no han iniciado su vida sexual y que no han tenido infecciones por HPV.
Se los clasifican en "efectos adversos no serios" que son dolor en el lugar de aplicación, dolor de cabeza, náuseas y fiebre. Los "efectos adversos serios" como alteraciones neurológicas, no está confirmado que sean causados por la vacuna.
En la actualidad continúan las investigaciones para determinar qué complicaciones puede traer su aplicación, y el grado de protección que proporciona la vacunación contra el HPV.
Será el médico o ginecólogo quien determine a quién conviene aplicarle la vacuna.
Pero tal vez lo más importante respecto a la vacunación contra el HPV, es que las mujeres no deben dejar de hacerse periódicamente el estudio de Papanicolaou, porque hasta la actualidad es la mejor forma de prevención para el cáncer de cuello de útero, que no sólo previene sino que evita muertes por este cáncer. Las vacunas no tienen un 100% de protección contra el HPV, ya que no evita el contagio de todos los subtipos del virus. También conviene aclarar que la vacuna no cura el cáncer de cuello uterino.