• Colposcopía

Es un procedimiento médico que sirve para observar con un aparato los tejidos  del cuello del útero, las paredes vaginales y la vulva. Con este estudio se pueden diagnosticar las lesiones de estos tejidos, lo que tiene una gran importancia para detectar en forma precoz el cáncer de cuello uterino.

¿Qué es un colposcopio?

El colposcopio es un aparato óptico, parecido a un microscopio, que tiene una fuente luminosa intensa. Permite ver con aumento los tejidos, lo que ayuda al diagnóstico de procesos inflamatorios, lesiones benignas y malignas localizadas en el cuello del útero, en la vagina y en la vulva.

¿Cómo se realiza la colposcopía?

Una vez que  la paciente se acuesta en la camilla en posición ginecológica se expone el cuello del útero mediante un espéculo, aparato descartable que se abre para visualizar las zonas a examinar.  Después se pasa por la zona que se quiere estudiar un hisopo de algodón mojado con una solución de ácido acético al 3%. Este procedimiento sirve para limpiar el moco cervical y resaltar las zonas anormales. Se realiza finalmente la prueba de Shiller, que consiste en aplicar sobre el cuello del útero una solución de Lugol, que contiene iodo, para descartar lesiones en esa zona. En caso que se encuentre alguna lesión que se quiere estudiar más intensamente, el médico puede hacer una biopsia con una pinza especial. Es importante saber que este procedimiento no duele y se hace en forma ambulatoria.

¿Qué imágenes se pueden ver con el colposcopio?

1)      Imágenes normales o con modificaciones fisiológicas, como por ejemplo durante el embarazo.

2)      Imágenes anormales como procesos inflamatorios, infecciones por virus,    malformaciones, lesiones de bajo grado ( leucoplasia, puntillados, mosaicos).

3)      Tumores benignos, por ejemplo los pólipos.

4)      Lesiones sospechosas de malignidad, que deben ser biopsiadas para saber si deben tratar o sólo controlar en forma periódica.

¿Quiénes deben hacerse una colposcopía?

Las mujeres que comenzaron  a tener relaciones sexuales.

Cuando el Papanicolau informa alguna lesión sospechosa.

Las pacientes que deben controlarse porque han tenido un HPV o un cáncer de cuello uterino.

Cuando se observan condilomas o verrugas en los genitales externos.

Pacientes que tienen flujo y no responden al tratamiento.

Cuando la mujer tiene un sangrado anormal.

Antes de realizar operaciones del útero.

En muchos países se realiza la colposcopía una vez por año como complemento del Papanicolau, ya que al hacer los dos estudios la seguridad de descartar el cáncer de cuello uterino es del 90%.

¿Cómo deben prepararse las pacientes para hacerse este estudio?

La única precaución que deben tener es no tener relaciones sexuales, no clocarse óvulos ni cremas vaginales ni hacerse duchas vaginales 24 hs antes de realizar el estudio. Lo más frecuente es que se haga después de hacer la toma de material par el Papanicolau.

Es importante que antes de hacerse el estudio la mujer hable con el médico para que le explique en que consiste este estudio. De esta forma se logra que la paciente esté relajada y el profesional puede trabajar mejor. En algunos países se pide  una autorización por escrito antes de realizar la colposcopía.

Recuerde que los controles ginecológicos periódicos ayudan a diagnosticar en forma precoz las lesiones premalignas o malignas del cuello uterino, de la vagina o de la vulva. Se debe consultar con el médico que estudios complementarios corresponde que se haga la mujer.

Fuente: Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Buenos Aires  (SOGIBA)

Dr. Gori, Jorge – Dr. Lorusso, Antonio – Ginecología de Gori – Editorial El Ateneo – 2ª edición-

por Dra. Marinés Camero