Las mujeres que durante su embarazo aumentan más de 18 Kg., tienen mayor riesgo de tener hijos con un peso elevado, de 4 Kg. o más. El inconveniente para los niños es que cuando crezcan tendrán más posibilidades de ser obesos o tener sobrepeso.
También el parto espontáneo puede ser más dificultoso, porque pueden atascarse los hombros durante el período expulsivo. Otros de las complicaciones para la madre son los desgarros y las hemorragias.
Las embarazadas con sobrepeso tienen más posibilidades de tener diabetes gestacional, y que el parto tenga que terminarse con una operación cesárea.
Las malformaciones fetales, como la espina bífida, el labio leporino o las anomalias cardíacas son dos veces más frecuentes en gestantes obesas. Este riesgo se de 0,47 y 0,61, por cada 1000 nacimientos, en una mujer obesa en comparación con una mujer con peso normal. Actualmente se está estudiando si las gestantes con sobrepeso también tienen más riesgo de tener hijos con malformaciones.
La obesidad aumenta el riesgo de aborto espontáneo en un 67% antes de la 20 semana de gestación.
Referencia Bibliográfica: JAMA 2009; 301: 636-650
Fertility and Sterility 2008; 90: 714-726
Obstetrics and Gynecology 2008; 112:1007-1014