En los últimos tiempos han aparecido otro tipo de ecografías que permiten ver al bebé en forma tridimensional, es decir mostrando imágenes con volumen. El médico puede así tener datos más precisos de los órganos del bebé, y al mismo tiempo le permite enviarlas por correo electrónico a otros colegas, para intercambiar opiniones antes de hacer un diagnóstico.
En cuanto a los padres, la ecografía 3D les permite ver la cara de su hijo y las formas del bebé como en una foto, hecho que a los papás les resulta emocionante porque conocen el rostro de su hijo antes de que nazca.
El tiempo ideal para realizar este tipo de ecografía es entre las semanas 24 -25 o 30-31, porque en el último trimestre el líquido amniótico es escaso, y las manos delante de la cara o el cordón umbilical impiden obtener una imagen nítida del rostro del bebé.
Hay que aclarar que este tipo de ecografía no reemplaza a la ecografía 2D, sino que resulta una ayuda adicional para el diagnóstico prenatal, porque se consiguen imágenes más nítidas que con la ecografía tradicional.