El asma es una enfermedad crónica (es decir que persiste en el tiempo), que se presenta en forma de episodios causados por la obstrucción de las vías aéreas. Las personas asmáticas tienen una respuesta exagerada a estímulos que están comúnmente en el ambiente como el polvo, etc., a los cambios de clima, como el frío o la humedad, al esfuerzo físico o al estrés emocional.
Actualmente se sabe que en esta enfermedad hay una disminución de la entrada de aire en las vías aéreas. La causa de esto es la contracción de los músculos que rodean el aparato respiratorio y la inflamación de la parte interna de las vías aéreas. Este proceso puede ser intenso, produciendo una forma más grave de la enfermedad, que se la llama “crisis asmática”. Cuando las crisis asmáticas son intensas, por una obstrucción importante de las vías aéreas, impiden la llegada de oxígeno a los órganos vitales lo que puede tener consecuencias graves para el paciente.
Se considera que el asma es una enfermedad en la cual se interrelacionan el factor alérgico, la base genética y la alteración del aparato respiratorio.
Polvo del ambiente
Pelos de los animales
Cambios en la temperatura del ambiente (especialmente el frío)
Humedad excesiva
Drogas (por ejemplo el ácido salicílico)
Humo del cigarrillo
Estrés
Ejercicio
Polen de las plantas
Sustancias químicas en el ambiente
Ácaros: por ejemplo las cucarachas
Infecciones respiratorias
Polipnea: respiración rápida y poco profunda
Taquinea: respiración rápida
Tos: la mayoría de las veces es seca y suele aparecer durante la noche o por la mañana.
Disnea: el paciente tiene sensación de falta de aire al respirar. Puede presentarse durante el ejercicio, cuando se expone a algún factor que le produzca alergia o sin que haya ninguna causa identificable.
Ansiedad y angustia: son sensaciones que las provoca la menor entrada de aire a las vías respiratorias.
Sensación de opresión en el pecho
Ronquido al respira
Taquicardia: en los casos graves el pulso está acelerado.
Cianosis: los labios y la cara tienen color azulado, pero sólo aparece en casos graves
El médico cuando ausculta al paciente asmático con el estestocospio encuentra ruidos en los pulmones llamados “roncus” y “sibilancias”.
Análisis de sangre para medir la cantidad de eosinófilos
Radiografía de tórax
Medición de gases en sangre
Espirometría para medir la capacidad respiratoria
Pruebas de alergia
El tratamiento puede ser preventivo evitando los factores que producen el asma y con medicamentos.
Medicamentos: hay dos tipos. Pueden prevenir el asma o controlar los síntomas cuando aparecen.
1) Preventivos: se toman todos los días. Pueden usarse los broncodilatadores beta adrenérgicos de acción prolongada que se inhalan, o los corticoides inhalados que previenen la inflamación de los bronquios.
2) De acción rápida: estos medicamentos actúan en forma ligera para aliviar los síntomas del asma. Son broncodilatadores de acción rápida. En los casos de asma moderada o grave se pueden indicar corticoides, lo mejor es en forma de inhaladores porque no afecta a otros órganos como los comprimidos.
En casos graves puede ser necesario internar al paciente, suministrarle oxígeno y medicamentos por vía intravenosa.
Es importante la prevención evitando el frío, los ambientes húmedos, sacar los pelos de los animales domésticos, no fumar ni estar en ambientes donde hay humo de cigarrillo, no exponerse a irritantes ambientales, etc
El paciente asmático puede desarrollar sus actividades habituales si toma las medidas preventivas adecuadas y consulta a su médico cuando no puede controlar los síntomas con la medicación preventiva. Hay casos en que el asma se cura espontáneamente.
Ante cualquier síntoma consulte a su médico para que le indique el tratamiento adecuado a su caso.
Bibliografía: Dr. Bennett, Claude y Dr. Plum, Fred - Cecil Tratado de Medicina Interna vol. 1 – 20ª edición-