En la actualidad nadie discute los beneficios de poner al bebé al pecho desde las primeras horas después del nacimiento. Pero conviene advertirle a las mamás, especialmente a las mujeres primerizas, que durante los primeros días, generalmente entre el tercer a quinto día después del parto, cuando se completa la "subida de la leche" los pechos no se vacían totalmente con la succión del bebé. Esto ocurre porque el volumen de leche que produce la glándula mamaria, es mayor que lo que toma el recién nacido. La madre notará que sus pechos están más grandes y dolorosos al tacto, e incluso puede aparecer fiebre. Si bien este es un proceso natural, la mamá estará molesta porque la leche se espesa y el bebé no puede succionar bien lo que lo vuelve irritable.
La solución es sencilla y cualquier mujer la puede aplicar, y apunta a lograr el vaciamiento de los pechos. Consiste en aplicar fomentos con agua tibia sobre las mamas, y tratar de vaciarlas después que el bebé coma. También se pueden masajear los pechos durante 5 o 10 minutos para ayudar a vaciarlos, lo que si bien al principio puede producirle dolor a la madre, el resultado final es de alivio cuando se logra disminuir la tensión de las mamas. Conviene hacer el masaje con la palma de la mano desde atrás hacia el pezón. Puede ocurrir que la mamá tenga fiebre durante los dos o tres días que tarda en completarse la subida de la leche, en esos casos es conveniente consultar con el médico, quien le podrá indicar paracetamol como antitérmico.