Las infecciones mamarias se presentan casi exclusivamente durante el puerperio. Ocurre con mayor frecuencia en las primíparas, y suelen producirse entre los diez días y los cuatro meses del puerperio.
El germen más frecuente que la produce es el "estafilococo dorado", y con menor frecuencia el "estreptococo" o el "neumococo". El germen se encuentra en la rinofaringe del bebé o sobre la piel de la mama y penetra a través de fisuras de la piel del pezón o por la desembocadura de los conductos galactóforos. La infección puede quedar localizada en una zona superficial o diseminarse por los conductos galactóforos y llegar a la profundidad de la glándula.
Clasificación: 1) formas parenquimatosas: comprometen a los acinos glandulares. 2) formas intersticiales: está comprometido el tejido conjuntivo interglandular, es la forma más frecuente. 3) formas mixtas.
Síntomas: la paciente refiere tener escalofríos, seguido de fiebre de más de 38 grados. Nota aumento de volumen y de la consistencia de la mama, con enrojecimiento de la piel y dolor, especialmente al dar de mamar.
Si la infección continua puede formarse un absceso mamario.
Al examinar la mama el médico encuentra una mama dura, con la piel roja y caliente, dolorosa. La piel pude llegar a tener el aspecto de "piel de naranja". Si la infección es importante, cuando se realiza la expresión del pezón puede salir material purulento mezclado con la leche. .Es muy frecuente que haya ganglios dolorosos en la zona de la axila.
Tratamiento: se indican antibióticos y antiinflamatorios una vez que se produce la mastitis, pero es importante recordar que el mejor tratamiento es la prevención de las grietas del pezón.
La lactancia se debe interrumpir en forma temporaria de la mama enferma, realizando el vaciado de la glándula en forma artificial.