• Depresión Puerperal

Las mujeres después de tener un hijo sienten una felicidad que no se puede describir con palabras, más bien es una experiencia que hay que vivirla. Sin embargo hay madres que no pueden sentirse felices, por el contrario están tristes y no saben con quien hablarlo, porque se dan cuenta que lo que su entorno espera de ellas es un estado de felicidad. Lloran sin ninguna causa aparente, se sienten ansiosas.

Durante el puerperio la mujer sufre cambios físicos y psíquicos, ya que su cuerpo se ve distinto, el sueño se altera porque tiene que cuidar y alimentar a su hijo, está más cansada y no puede retomar inmediatamente el  estilo de vida que llevaba antes del nacimiento del bebé .Esta situación le impide tener un buen vínculo con su hijo, lo que le produce angustia.

El puerperio es un período durante el cual hay una adaptación entre el hijo y la madre. Algunas mujeres esta situación la viven sin ninguna dificultad, pero hay algunas mujeres a las que le resulta más difícil pasar por esta etapa, pudiendo aparecer una depresión, en forma leve o más grave. En el primer caso se la llama "tristeza puerperal" o "baby blues", y aparece en los primeros días después del parto, dura unos días y no necesita tratamiento a diferencia de la depresión que aparece a las dos o tres semanas posparto, que produce síntomas más intensos y requiere tratamiento médico.

Tristeza puerperal o "Baby blues"

La mayoría de las mujeres, entre el 80% al 85%, tiene una depresión leve que aparece después del parto, y suele durar unos 10 días. Sería producida por los cambios hormonales que sufre la puérpera, ya que después del parto hay un aumento de estrógenos y de progesterona que influyen en el estado emocional de la mujer (este efecto se observa en los días previos a la menstruación). Pero el aspecto biológico expresa una parte del problema, ya que la madre se ve sometida a una situación de estrés psicológico ante el cambio de vida que produce el cuidado de su hijo ya que su sueño se altera, el amamantamiento le produce un desgaste fisiológico a su organismo y estos cambios puede crearle ansiedad 

Síntomas

Tristeza y ansiedad.

Sensación de vacío.

Dificultades para dormir o sueño excesivo.

Llanto o sollozo.

Irritabilidad.

Sentimiento de culpa por no estar feliz, como espera su entorno familiar.

Necesidad de ayuda, que generalmente no es capaz de pedir.

Pensamientos pesimistas.

Alteraciones del apetito, ya sea con un exceso de ingesta de los alimentos o pérdida de las ganas de comer.

Fatiga y falta de energía, si bien la madre estará más cansada por la falta de un sueño reparador todas las noches.

Dificultad para concentrarse.

Síntomas como dolores de cabeza, trastornos  digestivos o dolores crónicos.

La mayoría de las mujeres tienen algún episodio de llanto sin causa aparente, generalmente los primeros 10 o 15 días después del parto.

Si bien la tristeza puerperal no necesita tratamiento, se aconseja que la nueva mamá comparta con su pareja lo que siente, pensando que la convivencia con su bebé implica un aprendizaje mutuo. Es bueno que la madre trate de dormir en los ratos que lo hace el bebé, tratando de no preocuparse de las tareas de la casa o de los compromisos sociales. La ayuda de las abuelas o de algún familiar cercano es muy importante porque se crea alrededor de la nueva mamá, una red de apoyo que la ayudará a superar esta etapa. El hablar con otras madres para intercambiar experiencias, pude ser muy beneficioso. Lo más importante es lograr que la mujer no se sienta sola, sino que encuentre apoyo en su entorno.

Depresión posparto

Se presenta en el 10% al 15% de las mujeres que han tenido un hijo.

Los síntomas se manifiestan más tarde que en la "tristeza puerperal". Entre las dos a seis  semanas posparto, la mujer comienza con síntomas depresivos como en cualquier depresión. Aunque el 80% de los casos se presentan en la sexta semana después del parto, hay que tener en cuenta que hasta un año posterior al mismo puede aparecer la depresión puerperal.

Los síntomas son los mismos que en la "tristeza puerperal", pero más intensos. Pueden agregarse sentimientos maternos de daño sobre el bebé o sobre ella misma, pero como la mujer se da cuenta que esto no es lo adecuado tiende a aislarse, encerrándose en sí misma porque teme la incomprensión de su entorno.

La madre se siente incapaz de establecer un buen vínculo con su hijo, sin poder darse cuenta de las necesidades emocionales del bebé.

Un signo de alarma que da indicios de que la mujer está deprimida, es la falta de interés por ocuparse de la atención de su hijo delegando esa función en otra persona.

Es conveniente cuando una puérpera consulta por una depresión, que se le haga un control clínico para descartar otras causas de depresión, como por ejemplo el hipotiroidismo, que se da en el 10% de las puérperas.

Causas que predisponen a la depresión: 1) primíparas 2) antecedentes de trastornos de ansiedad (pánico) 3) antecedentes familiares y / o personales de trastornos depresivos 4) mujeres mayores de 25 años.

Tratamiento: se debe consultar con un especialista para que determine que  tipo de tratamiento necesita la mujer. Puede ser tratamiento psicológico, con medicación  (antidepresivos, ansiolíticos) o ambos.   

por Dra. Marinés Camero