Durante el embarazo los requerimientos de hierro aumentan, porque para la formación de los tejidos fetales y placentarios se utiliza este mineral.
La cantidad de hierro que se recomienda ingerir por día es de 30 mg. (incremento de 15 mg./día sobre los valores recomendados para no embarazadas). Con esta dosis diaria se asegura que la cantidad de hierro absorbida sea suficiente para sastifacer las necesidades del embarazo.
Si bien los alimentos proporcionan hierro sólo se absorbe el 10% de este mineral, cantidad que es insuficiente durante el embarazo. Esta es la causa porque en la actualidad se recomiendan tomar suplementos de hierro en forma de sales. Se comienza a partir del segundo trimestre, pero si la embarazada antes de la concepción presentaba anemia, menstruaciones abundantes o el embarazo es gemelar, seguramente el médico evaluará la necesidad de dar suplementos de hierro desde las primeras semanas de embarazo.
Los alimentos que contienen hierro son: hígado, carne vacuna, cordero, pollo, yema de huevo, lentejas y legumbres secas.