La tiroides es una glándula que está ubicada en la zona del cuello. Si la miramos de frente tiene forma de mariposa, con dos alas, que se llaman “lóbulos”, unidos por una porción de tejido tiroideo a la que se denomina “istmo”. La función que tiene esta glándula es la de producir hormonas que se liberan hacia la sangre, y de esa forma llegan a todos los tejidos y órganos para que funcionen bien. Las hormonas tiroideas intervienen en el metabolismo. Se las llama T3 y T4
Los problemas que puede tener la glándula tiroides pueden ser la alteración de su forma, con la aparición de un agrandamiento de la misma (de toda la glándula o en forma de nódulos), o de su funcionamiento (hipo o hipertiroidismo).
Cuando se presentan los nódulos el médico debe controlarlos. Cuando se sospecha que puede ser maligno se indica una punción, que sólo se da en el 5% de los casos. En los casos de nódulos benignos es suficiente con el control periódico. Los nódulos de tiroides tanto benignos como malignos tienen relación con la herencia.
Para completar el diagnóstico se deben pedir hormonas tiroideas en sangre para saber si hay alguna alteración funcional. En algunos casos también se solicita una ecografía para estudiar si hay uno o varios nódulos. Para saber si una lesión es benigna o maligna se hace una punción de la glándula con aguja fina, para obtener células de los nódulos que se envían al laboratorio para estudiarlas.
Los trastornos funcionales de la glándula tiroides son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. Los dos son producidos en la mayoría de los casos por reacciones de autoinmunidad. Es decir que hay una respuesta anormal del organismo ante las propias células, que no reconoce a determinado tejido como perteneciente al propio organismo.
En esta alteración la enfermedad autoinmune que la causa se llama “tiroiditis de Hashimoto”. En el hipotiroidismo la producción de hormonas tiroides está disminuida, lo que produce un metabolismo más lento.
Síntomas : cansancio, aumento del sueño, caída del pelo, debilidad de las uñas, constipación, pulso lento, depresión, aumento de peso, sequedad de la piel, intolerancia al frío y menstruaciones abundantes. El motivo de consulta más común es la dificultad para bajar de peso o el aumento del mismo. Las personas que tienen antecedentes familiares de hipotiroidismo también deberían consultar. Cuando una mujer no puede quedar embarazada dentro de los estudios por esterilidad se debe descartar un hipotiroidismo.
Estudios: se miden en sangre de las siguientes hormonas : TSH, T3 y T4.
Tratamiento: se remplaza con medicación (levotiroxina) la hormona T4 que no produce la glándula tiroides.
En este caso la glándula tiroides produce un exceso de hormonas. La causa más común es la “enfermedad de Graves”, de origen autoinmune. El organismo produce anticuerpor que no reconocen los tejidos como propios. Se presenta con menos frecuencia que el hipotiroidismo.
Síntomas: disminución de peso sin ninguna causa que lo justifique, aumento de la transpiración, intolerancia al calor, nerviosismo, verborragia (habla todo el tiempo), taquicardia, temblor en las manos fino y distal, insomnio, diarrea, infertilidad, menstruaciones escasa o con retrasos, ojos saltones (Exoftalmos), arritmias, disnea, aumento de la sed.
El tratamiento se hace con medicamentos que disminuyen la producción y liberación de hormonas tiroideas. En algunos pacientes se indica yodo radioactivo.
Bibliografía: Cecil , Tratado de Medicina Interna – parte XVII- Volumen II - 20 Edición Mc GRAW –HILL INTERAMERICANA