Durante mucho tiempo se consideró a la menopausia como una enfermedad o relacionada con el envejecimiento. En la actualidad estos conceptos han sido desterrados, ya que la menopausia se produce por la progresiva disminución de la actividad biológica de los ovarios, sin relación con la edad de la mujer.
Por el contrario, en el envejecimiento los problemas de salud aparecen como consecuencia del desgaste biológico de todo el organismo, relacionado con el paso de los años. Esta diferencia tiene importancia a la hora de indicar los tratamientos, cuando hay algún malestar o enfermedad.
Llamamos menopausia a la falta de menstruación, y se diagnostica después de 12 meses consecutivos de esta falta menstrual (amenorrea), sin que haya ninguna causa física o psíquica que la produzca. La falla ovárica produce disminución de las hormonas (estrógenos y progesterona), y la pérdida de la capacidad reproductiva de la mujer. Sin embargo la menopausia no siempre aparece en forma natural ; se presenta después de operaciones (extirpación del útero :histerectomía; o del útero y los ovarios :anexo histerectomía). Los tratamientos con rayos (radioterapia), o con drogas para tratar el cáncer (quimioterapia), pueden provocar un estado menopáusico. En estos casos hablamos de menopausia inducida, y los tratamientos para aliviar los síntomas deben aplicarse en forma rápida, ya que probablemente la paciente los tendrá más precozmente que cuando la menopausia se presenta en forma natural
La mujer tiene su menopausia entre los 45 años y los 52 años, si se produce antes de los 40 años la llamamos menopausia prematura. En este siglo las mujeres viven en promedio hasta los 82 años, por lo que pasarán casi un tercio de su vida en estado menopáusico. Esto es importante para recomendar medidas preventivas y tratamientos para las enfermedades relacionadas con el déficit hormonal de la menopausia, y lograr así una mejor calidad de vida para la mujer posmenopáusica, que en general se encuentra en pleno desarrollo profesional y personal cuando llega a la etapa menopáusica.
Abarca el período anterior a la menopausia (premenopausia) mas los 12 meses posteriores a la última menstruación. Es en esta época cuando la mujer nota que sus ciclos comienzan a ser irregulares, (atrasos, adelantos o ausencia por algunos meses de la menstruación); también pueden aparecer los llamados “sofocos”.
Irregularidades de los ciclos menstruales: atrasos o adelantos menstruales.
Síntomas vasomotores: sofocos o calores, sudores especialmente nocturnos, palpitaciones.
Vulvovaginales: picazón (prurito) vulvar, dolor al tener relaciones sexuales (dispareunia), pérdida de sangre posterior a la relación sexual (sinusorragia) producidos por la sequedad vaginal.
Urinarios: ardor al orinar (disuria), aumento de la frecuencia de la micción, urgencia urinaria, pérdida de orina espontánea o ante esfuerzos como la tos o la risa (incontinencia urinaria).
Psíquicos: cambios de humor, depresión, llanto fácil.
Alteraciones del sueño: insomnio, despertar temprano.
Cambios corporales: aumento de peso, depósito de tejido adiposo en abdomen y caderas.
Disfunciones sexuales: falta de interés sexual, dificultad para alcanzar el orgasmo, baja respuesta sexual.
Cambios en la piel: disminución de la elasticidad de la piel, aparición de manchas (especialmente en cara y manos).
Osteoporosis: se llama a la disminución de la masa ósea y alteración de la estructura del hueso, lo que lo hace más frágil con el consiguiente aumento del riesgo de fractura. En los primeros años posteriores a la menopausia, es cuando se pierde más masa ósea. La preocupación por tener esta enfermedad es la segunda causa del motivo de consulta al médico (la primera son los llamados sofocos).
Dislipidemias: se denominan con este nombre a las alteraciones del metabolismo del colesterol. Se diagnostica con la medición en sangre de los niveles de colesterol. El aumento de éste, se asocia con un riesgo mayor de sufrir enfermedades cardíacas, por ejemplo infarto agudo de miocardio.
Hormonal: con estrógenos solos o combinados con progesterona, se indican para el alivio de los síntomas menopáusicos, o para tratar la osteoporosis. Se administran por vía oral, o aplicación cutánea (parches transdérmicos, gel).Lo aconsejable es indicarlo en dosis mínimas y por el menor tiempo posible. Cremas u óvulos vaginales: se usan para aliviar los síntomas vulvovaginales. En algunos casos alivian los problemas urinarios.
Dieta rica en calcio y vitamina D. Baja en grasas. Actividad física: ejercicios aeróbicos (caminar, nadar, andar en bicicleta) 30 minutos diarios. Suspender el tabaco. Exposición al sol durante 10 minutos diarios en los horarios permitidos, y con protectores solares si es necesario, para tener buena absorción de vitamina D.
En todos los casos, los diferentes tratamientos serán indicados por el médico, quien también aconsejará las medidas preventivas según las características personales de cada mujer.
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