La “osteoporosis” es una enfermedad que va apareciendo a medida que las personas tienen más años, pero que puede prevenirse desde la infancia y la adolescencia. En esta época la expectativa de vida de las personas se ha prolongado, por este motivo el desafío para la medicina actual es lograr la prevención de esta enfermedad para evitar las consecuencias de discapacidad física, y en algunos casos el aumento de las muertes a causa de la “osteoporosis” no tratada.
Tanto hombres como las mujeres pueden tener la enfermedad, pero es más común en el sexo femenino especialmente después de la menopausia. La OMS (Organización Mundial de la Salud) estima que el 30% de las mujeres posmenopáusicas tiene “osteoporosis”.
Estructura del hueso: el hueso es un tejido vivo que sufre cambios continuamente por la actividad de las células que lo componen. Los osteoblastos son las células que forman el hueso y los osteoclastos las que lo moldean y destruyen. En el caso de la “osteoporosis” hay destrucción del tejido óseo sin que haya un aumento de la formación del hueso para compensar la pérdida de masa ósea, lo que debilita el hueso. La consecuencia es la debilidad del hueso, que puede fracturarse aún ante traumatismos mínimos.
Las fracturas son más comunes en la columna vertebral a nivel dorso – lumbar, en el antebrazo, a la altura del radio, y en la cadera en el cuello del fémur.
Un síntoma importante de esta enfermedad es la disminución de la altura, entre los 2 cm a 3 cm, debido al aplastamiento de las vértebras. Todas las personas habitualmente disminuyen la talla con los años, y aunque esto es habitual no por eso es normal, y debe tenerse en cuenta como síntoma de “osteoporosis”. Esta deformación de la columna puede producir el aumento de la curvatura anteroposterior, dando el aspecto de espalda encorvada.
El dolor a nivel de la columna es consecuencia de las fracturas que sufren las vértebras, aunque puede haber microfracturas que no dan síntomas y sólo se descubren en los estudios de control.
La actividad física cumple un papel importante en la prevención de la “osteoporosis.”
La práctica de ejercicio físico ayuda a tener mayor fuerza muscular, mejorar la movilidad y la coordinación, reduce el riesgo de fractura, previene la pérdida de masa ósea, corrige la postura y disminuye el dolor. Un ejercicio fácil de practicar es la caminata a paso rápido y con calzado cómodo, que hace más fácil la actividad física.
Entre las medidas preventivas se incluyen el no fumar, beber alcohol con moderación, disminuir la cantidad de sal y de café.
La exposición al sol es una forma simple de prevenir esta enfermedad, ya que con sólo 10 minutos alcanza para mejorar la calidad del hueso.
Todas estas medidas de prevención ayudan a mantener la microarquitectura del hueso, lo que disminuye el riesgo de fracturas.
Hay diferentes tratamientos que pueden ser calcio, vitamina D, bifosfonatos, terapia de reemplazo hormonal, calcitonina, ranelato de estroncio y hormona paratiroidea.
Generalmente conviene que el tratamiento sea interdisciplinario, es decir que incluya a diferentes especialistas como traumatólogos, reumatólogos, endocrinólogos, nutricionistas y clínicos.
No se debe olvidar que el mejor TRATAMIENTO para la “osteoporosis” es la PREVENCIÓN de la enfermedad.
Bibliografía: Guía para diagnóstico, prevención y tratamiento de la Osteoporosis – Revista de Osteología- Año 2007 Vol. 6 N° 3 pág. 27 - 39