Después de varios meses de espera llega el momento del parto, tal vez uno de los más plenos para la mujer pero que también conlleva sentimientos de incertidumbre, porque así como durante los meses de embarazo casi todo pudo planificarse, estudios, consultas médicas, el parto rompe en forma imprevista la rutina de la madre y también la de familia. Se sabe cuando comienza el trabajo de parto pero no cuando ni como termina.
El parto fue definido como “el acto por el cual el producto de la concepción es separado del organismo materno” (Tarnier), definición que sólo tiene en cuenta el aspecto físico, pero no debemos olvidarnos que desde lo emocional la experiencia del parto es para la mujer una vivencia intensa, durante la cual se entremezcla el dolor con el placer y que seguramente quedará grabada en su memoria por el resto de su vida.
Cuando se inicia el trabajo de parto y las contracciones son cada vez más frecuentes, puede aparecer en el interior de la mujer sentimientos de angustia, por lo imprevisible del final del parto, dolor producido por las contracciones, y felicidad porque se aproxima el momento de conocer al hijo que llevó dentro de su vientre durante 9 meses. La presencia del obstetra y de su equipo son fundamentales para ayudarla a transitar este momento tan especial de su vida.
Al trabajo de parto se lo define como al conjunto de fenómenos fisiológicos que tienen como objetivo la apertura del cuello uterino, la progresión del bebé a través del conducto cervical y su salida al exterior.
Este proceso se inicia con las contracciones, que se producen en forma espontánea (parto espontáneo), o pueden ser inducidas con medicación (parto inducido) cuando existe alguna indicación médica para terminar el embarazo, ya sea por causas maternas o fetales.
El trabajo de parto termina cuando sale el bebé desde dentro del útero hacia el exterior, ya sea por vía vaginal (parto espontáneo) o abdominal (cesárea). En este último caso se extrae el hijo por medio de una cirugía. El parto vaginal a veces se hace aplicando un fórceps, para ayudar a la salida del bebé.
Período dilatante: a) primera etapa de la dilatación del cuello del útero, durante la cual éste llega a 4 o 5 cm. de dilatación. b) segunda etapa que constituye la última parte de este período, que se inicia con 5 cm. y termina con 10 cm. de dilatación.
Período expulsivo: se produce la salida del bebé, por la acción de las contracciones del útero y los pujos (contracciones de los músculos abdominales y perineales) de la madre.
Período placentario: se lo llama también alumbramiento. Durante esta etapa la placenta se desprende, desciende y es expulsada hacia el exterior por el conducto genital. En este período también intervienen las contracciones, pero son indoloras.
El parto se produce por tres fenómenos activos que dan lugar a otros llamados pasivos. Los activos son 1) contracciones uterinas 2) pujos 3) contracciones de los músculos elevadores del ano.
Los pasivos son: 1) formación y ampliación del segmento inferior (parte inferior del cuerpo uterino, intermedio entre éste y el cuello uterino) 2) modificaciones del cuello uterino 3) expulsión de los limos ( tapón mucoso) 4) formación de la bolsa de las aguas 5) ampliación del canal del parto 6) fenómenos plásticos del feto- recién nacido.
Alguien dijo que el acto de dar a luz un hijo es para la madre tal vez un momento de dolor físico, pero que con el paso del tiempo se olvida. Y es el parto tal vez la única situación dolorosa, desde el punto de vista físico, por la que la mujer pasa varias veces en forma voluntaria, porque siente que el nacimiento del hijo compensa todos los sufrimientos. Al mismo tiempo le produce una sensación de plenitud, experiencia vital que guardará por el resto de su vida en su memoria.